―El cuerpo es una artimaña― dice el marciano Sr. Muy Guapo Más y dona su cuerpo a la ciencia de otros planetas. Lisiados y enfermos crónicos se sienten ahora como marcianos en su propio planeta. Todo por culpa de los artilugios cachibaches que se exhibían procazmente en el cuerpo del marciano Sr. Muy Guapo Más. Lo curioso es que todos esos trastos marcianoides encajaron a la perfección en los cuerpos que habían rechazado transplantes de miembros de su propia especie.
Sergio Algora. Marcianos. Ciclo 2001
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